La gran Caracas está llena de miles de sitios a dónde ir a comer, desde locales súper chiquitos, considerados "huecos" hasta grandes y lujosos restaurante; pero aunque no lo crean esos huecos suelen vender unas comidas riquísimas, donde la gente queda contenta y vuelve a ir, y es éso lo que le interesa al dueño, captar público. Por otro lado están los restaurante donde te reciben los parqueros, te abren la puerta y te atienden de maravilla. A quién no le va a gustar que lo traten como un rey o reina? Sin embargo, hay personas que se han llevado varios "chascos" bien sea porque la comida no estuvo tan rica, por el tiempo que tarda la comida en llegar y aparte fría y otros inconvenientes. Lo que estoy tratando de decir es que no podemos dejarnos llevar por la apariencia física de las cosas. Si tienes hambre párate en un perro calentero y te aseguro que comerás delicioso y más económico.